Para el 447º aniversario de Caracas, en ÚN exploraremos el arte que adorna la ciudad y le confiere identidad
Fabiana Ortega F.- La capital, vista desde lejos, es una ciudad que enamora; pero desde sus entrañas puede llegar a asustar debido a los monstruos que conviven en ella, como el caos, el tráfico y el ajetreo de los tiempos modernos, por decir lo menos. Es ese mismo ajetreo el que en ocasiones le impide al ciudadano contemplar el catálogo artístico que tiene a su alrededor.
Para el 447º aniversario de Caracas, en Últimas Noticias exploraremos el arte que adorna la ciudad y le confiere identidad, con firmas reconocidas en intervenciones de espacios públicos. También puede visitar nuestro especial web. Una ventana al arte.
Según lo reseña el libro digital Caracas, Museo a cielo abierto, la ciudad posee casi 400 obras de distintos creadores visuales que engalanan los espacios públicos, y el municipio Libertador, al menos hasta 2009 la entidad con más obras artísticas, alberga en total 112 piezas. Le siguen el municipio Sucre (71), Chacao (45), Baruta (44) y, por último, El Hatillo (4).
Arte público. Para la arquitecta y magister en Diseño Urbano Ana Carolina Arocha, no se trata de hablar de arte urbano sino de arte público, al cual define como el conjunto de objetos artísticos que se exhibe de forma gratuita en la calle y que está dirigido a toda la población, sin distingo de nivel sociocultural. Así, entre murales, esculturas, grafitis e intervenciones, Caracas goza de un catálogo de piezas de gran formato de artistas como Jesús Soto, Carlos Cruz Diez, Víctor Valera, Mateo Manaure, Juvenal Ravelo, Pedro León Zapata, Francisco Narváez y Alejandro Otero, entre otros.
Al hablar de arte público, Arocha identifica dos antecedentes obligatorios. El primero es la participación de Carlos Raúl Villanueva, quien, según afirma, marcó un antes y un después de la ciudad: “Además de su visión futurista y extraordinaria en el pensamiento de la ciudad, Villanueva es el promotor de la arquitectura moderna del país integrada a las bellas artes. Su mejor ejemplo: la Ciudad Universitaria de Caracas, como ‘síntesis de las artes’, que se convirtió en una galería a cielo abierto”.
El segundo elemento, según Arocha, fue el proyecto del Metro de Caracas, a partir de los años 80, de insertar muestras de arte nacional para complementar las intervenciones de las estaciones del subterráneo y sus aéreas adyacentes. Tal es el caso de estaciones como Chacaíto con Progresión amarilla (1983), de Jesús Soto; Parque del Este con Desplazamiento perforado (1985), de Víctor Valera, o La Hoyada con Armonía de volúmenes y espacio (1982), de Francisco Narváez.
Aunque en la ciudad convergen importantes y reconocidas obras de gran formato, lamentablemente algunas, además de pasar inadvertidas por la gente, han sido víctimas del abandono y el deterioro.